Hola familias...
Como ya os comenté en la reunión, me gustaría que cada familia valorara cómo os habéis sentido a lo largo del periodo de adaptación, ya sea positivo o no. Cada uno hemos tenido unos sentimientos diferentes en este proceso. Es muy importante que hagáis la valoración tanto el padre como la madre, ya que en muchas ocasiones cada uno lo vive de una forma. Muchas gracias de antemano y aquí os dejo mi valoración.
Comencé los primeros días de septiembre con mucha tranquilidad ya que Gonzalo y Lucía, que fueron los primeros, se adaptaron con facilidad, sin grandes complicaciones.
Posteriormente llegaron Iris y Alba y la situación se complicó un poco ya que las dos son más mayores y nos extrañaban, tanto a mí como a Ana, con ellas aparecieron los primeros llantos al aula y la preocupación por calmarlas para que no se convirtiera en momentos de agobio fue en aumento.
En octubre empezó a venir Pablo, adaptándose con gran generosidad pues prácticamente desde desde el primer día se encontró a gusto y tranquilo.
Cuando el aula estaba casi organizada y en calma, llegó como por sorpresa Aitana, también de la misma edad que las mayores del aula y nuevamente vuelta al "cáos de los llantos" y todos los que aparentemente estaban tranquilos y "adaptados" empezaron a tambalearse con el tema de las emociones y volvimos a retomar la conquista de la calma en el aula de bebés....
Poco a poco los llantos desaparecen y en los días previos a la navidad cuando empezábamos a escuchar los primeros acordes de los villancicos se incorporó María, y en este caso transcurrió sin problemas, creo que se comunicaron entre ellos y la indicaron el camino a seguir.
Poco a poco los llantos desaparecen y en los días previos a la navidad cuando empezábamos a escuchar los primeros acordes de los villancicos se incorporó María, y en este caso transcurrió sin problemas, creo que se comunicaron entre ellos y la indicaron el camino a seguir.
Reconozco que he pasado momentos de mucho agobio en el aula, de pensar y pensar el orden para dar las comidas, de darle vueltas a la colocación de las cunas para que no se despertaran unos a otros, de pasear por el aula con el carro para tener momentos sin llantos, de probar mil posiciones al dar un biberón porque lo rechazaba...
Son momentos de angustia en los que me cuestiono muchas cosas, pero de repente llega un día y ves sonrisas en todos los rostros. Observo como vienen a mí buscando mimos. Niños que no querían comer, ahora comen platos enormes de puré y además piden ese biberón que antes no aceptaban. Todo ha cambiado y por mi mente ya pasan ideas diferentes, me propongo actividades además de los cuidados básicos que ya están superados por ambas partes.
En resumen, después de la tormenta siempre llega la calma, o eso dicen, y la tranquilidad llegó a nuestro aula y cada uno de vuestros hijos ya tiene un huequito ocupando mi corazón.
¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS POR VUESTRA PACIENCIA, APOYO Y CONFIANZA DEPOSITADAS EN MÍ Y EN LA ESCUELA!!!!!!.
¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS POR VUESTRA PACIENCIA, APOYO Y CONFIANZA DEPOSITADAS EN MÍ Y EN LA ESCUELA!!!!!!.