¡Hola familias!
En esta nueva entrada quiero recordaros uno de los temas que hablamos en la reunión trimestral: las rutinas.
La rutina es la costumbre o hábito que se adquiere al repetir una misma tarea o actividad muchas veces.
Las rutinas generan grandes beneficios en nuestros pequeños, y necesitan seguirlas para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente. Estas rutinas establecen horarios, pero además los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional, que les proporcionará un mecanismo importantísimo para su educación y para la construcción de su personalidad. Podrán enfrentarse al mundo de una forma segura y autónoma, pues saben lo que sucederá después.
En la Escuela las rutinas son: entrada, corro, actividad, patio, comida, aseo y sueño.
CORRO:
Una vez que los niños se despiden de sus familias y todos
los compañeros han llegado al aula… es el momento del corro.
Para esto nos sentamos todos en el tapiz formando un
círculo y comenzamos a cantar canciones, primero nos damos los buenos días,
luego cantamos “ Pichirilo “, “ El puente “, … hasta que llegamos al momento de
los cuentos, donde todos muestran una mayor atención.
JUEGO:
Los juegos preferidos en 1-2 son principalmente motóricos
( correr, empujar, tirar y arrastrar un objeto ).
A partir de los 18 meses el juego ya no es tan movido y
juega tranquilamente durante unos minutos con construcciones, encajables y
materiales no convencionales ( telas, botes, cadenas, pinzas,… )
El niño se muestra muy interesado en compartir sus experiencias
con los adultos. Además, su nueva capacidad de imitación le da muchas
posibilidades de intercambio, encuentra un gran placer en encontrarse con el
adulto en juegos de alternancia y repetición, en los que la imitación o la
respuesta a movimientos se celebran con exclamaciones.
Para jugar es muy importante la presencia del adulto, un adulto de
referencia que le proporcione seguridad para experimentar, jugar y la seguridad
que hace posible más tarde el juego solitario..
COMIDA:
Comer es un placer y es para crecer. En efecto, calmar el
hambre, disfrutar de los sabores, tener una compañía agradable y sentir que se
está haciendo algo positivo para uno mismo son las experiencias que deben estar
presentes en toda la comida de los niños.
Cuando comienzan a tener una estabilidad en su cuerpo o
ya saben andar ya pueden comer sentados autónomamente ante una mesa y, aunque a
veces necesitan una atención muy individualizada, pueden compartir esta rutina
con un grupo pequeño de niños. Su iniciativa irá creciendo hasta que coman solos, primero
con las manos y aprendiendo después, mediante las palabras y demostraciones, a
utilizar los cubiertos y ensuciarse menos. La incorporación de alimentos debe
ser gradual y acordada con la familia. Los niños necesitan apoyo ante los
rechazos a determinados alimentos o inapetencias, que deben ser tratadas con tolerancia.
En La Escuela primero se lavan las manos, luego se ponen
el baby y se sientan alrededor de la mesa con la ayuda de las educadoras.
Mientras viene el carro, beben agua y cantamos canciones para calmar la ansiedad
ante este momento.
ASEO:
Durante los cambios de ropa o de pañal, es preciso ir con
calma y tomarse el tiempo necesario. Se debe prestar atención al niño sin
tratarlo como un muñeco, para ajustarse a sus movimientos.
Hay que permitirle ser activo y a la vez saber
calmar su impaciencia. Mientras se realiza el cambio hay que hablarle de lo que está haciendo, de él mismo y de los
objetos que se emplean. Progresivamente
se podrá contar con su colaboración y celebrar sus nuevas habilidades.
El cambio de pañal
tiene lugar siempre que sea necesario, además de haber unos cambios
obligatorios: después de la actividad, después de comer y tras la siesta.
SUEÑO:
Después de una dura jornada, los niños necesitan tiempo
para descansar, para ello se lavan las manos y la cara después de comer y luego
se les cambia el pañal y se les pone cómodos para que se tumben en las
colchonetas. Algunos niños necesitan su cojín, un chupete, un muñeco de apego, una
sabanita o las caricias de la educadora para conciliar el sueño.
Para que tenga lugar esta rutina es necesario que
creemos un ambiente adecuado en el aula
bajando el nivel de ruido, de luz y a veces lo acompañamos con nanas.
Durante la mañana, algunos necesitan dormir un tiempo
para poder estas tranquilos y sin sueño en la rutina de la comida.
Con paciencia conseguiremos instaurar todas las rutinas que nos propongamos ( familias y escuela), y un día sin darnos cuenta veremos que ellos solitos las hacen sin demandarnos.