En su artículo "Escuchando a los bebés", Vimala McClure escribe:
Imagina que acabas de pasar una experiencia traumática, algo que te ha afectado profundamente.
Sientes que estás a punto de llorar y que eres incapaz de relajarte o concentrarte, y acudes a tu pareja una amiga en busca de ayuda. Empiezas a hablarle acerca de lo que ha ocurrido y cómo te sientes.
Después de atenderte un momento esta persona te empieza a hacer callar, diciendo: "Vamos, Vamos, no importa. Por favor, no llores. No puedo soportar que llores. sonríe. ¿Quieres comer algo?. Quizás tengas que ir al doctor". Probablemente secarás tus lágrimas e interiorizarás tu dolor para no estropear la relaqción porque sus respuestas te han indicado que no es seguro ser tú mismo en su presencia.
Ahora imagínate en la misma situación, con una respuesta diferente por parte de tu amiga. Empiezas a hablar de tus problemas y de cómo te sientes. Tu amiga te mira a los ojos. Se inclina hacia ti y te sostiene la mano. " Estoy contigo, explícamelo todo. Puedo ver que realmente estás sufriendo. Quiero que sepas que te quiero y que deseo ayudarte con esto".
Te rodea con sus brazos, y te relaja emitiendo profundos sollozos al sentir la seguridad de su presencia. Algunas veces, pronuncias frases incoherentes. Ella te dice: " Cuéntame más. Después, ¿qué ocurrió?. Eso debe ser muy doloroso para ti". Sientes que su sincero apoyo y su confianza permiten que realmente te desahogues y encuentres tu equilibrio de nuevo. Tu relación con ella se fortalece. Tu amiga se siente bien por haberte ayudado, y tú tienes mejores posibilidades de recuperarte y sentirte mejor.
Cuando un bebé llora por razones físicas, se debe responder activamente a ese llanto. Si el llanto es por razones emocionales, existen diferentes formas de actuar. En su artículo, Vimala sugiere un proceso de tres pasos, aunque hay muchas otras maneras de proceder:
1. Respira larga, lenta, profundamente y relájate.
2. Aléjate de pensamientos.
3. Conéctate con tu bebé, si es posible haz contacto visual.
Si tu bebé evita el contacto visual, coloca tus manos con delicadeza pero firmemente en su cuerpo y realiza la conexión a través de tus manos, diciendo que te gustaría oír lo que él o ella tiene que decirte.
Permanece con tu bebé, manteniéndote relajado y receptivo; escucha y responde observando su lenguaje corporal. Observa su boca y sus ojos. Cuando estés seguro que los sentimientos de tu bebé son escuchados y que ha dicho todo lo que tenía que decir, entonces ofrece consuelo meciéndole, caminando o dándole palmaditas para ayudarle a organizarse de nuevo.
Normalmente, un bebé que se siente escuchado dormirá después con mayor profundidad y sabrá confiar.
Al escuchar verdaderamente a nuestros bebés, estamos cubriendo todas sus necesidades psicológicas. El mensaje subyascente es " Mereces respeto, Te queremos tal y como eres". El bebé lo acepta y crece confiado, sintiendo que tiene un lugar en el mundo. Sus receptores sensoriales perciben este mensaje y todo el cuerpo se relaja. Vimala finaliza diciendo:
El cáliz del corazón del niño está rebosante, y a medida que crece buscará oportunidades para compartir su amor con otros. ¿Cómo lo realiza? Imitando el modelo que ha recibido. Estará allí para ayudar a otras de la misma forma que sus adultos de referencia le han ayudado. ¡Qué maravilloso y saludable circulo de amor!.