¡Todos adaptados!

Hola familias,
Los primeros días en la escuela fueron complejos. Incertidumbre, dudas, inseguridad... un cóctel emocional difícil de controlar.
A veces caras nuevas, a veces conocidas, niños que hasta hace unas horas disfrutaban en casa con sus juegos y ahora se encuentran en un espacio diferente.

Realmente no es exagerado decir "el miedo" que tenemos a este proceso. Nunca sabemos cómo pueden  reaccionar los niños, además que cada uno es diferente al otro, nunca van a ser iguales.
Alba con su mirada tímida siempre necesita sentarse junto a mí.
Gonzalo busca mi complicidad con sonrisas.
Iris juega por el aula, pero de repente, necesita sentarse en mis piernas.
Andrea siempre que entra un adulto, corre a refugiarse detrás de mi.
Aidár curiosea, pero siempre sabe donde estoy.
Valeria me llama continuamente para demostrarme sus dotes de bailarina.
Naia busca el consuelo en mi voz mientras le canto.
Lucía cachorrea entre mis piernas con su nunu.
Pablo me busca para que salga corriendo tras él.
Mónica aplaude frente a mí con su sonrisa provocadora.
Adrián busca mimos sobre mí con su cojín.
María y su picardía provocan mi sonrisa.
Daniel se acurruca en mis brazos para conciliar el sueño.


Las educadoras necesitamos conectar con vuestros hijos, crear un vínculo para caminar juntos a lo largo del curso con seguridad. Vamos a compartir una aventura durante muchos días y necesitamos ese clima de confianza.

A día de hoy ya os puedo decir que estamos todos adaptados, padres, niños y educadoras. Ha sido un proceso corto y sencillo. En nuestro aula ha superado la tranquilidad a los llantos.
Os tengo que agradecer a las familias lo fácil que me lo habéis hecho demostrando vuestra confianza.